Igual que otras sustancias adictivas, como la cocaína y las anfetaminas, el consumo de alcohol provoca la liberación de endorfinas, unos compuestos químicos opioides que se adhieren a receptores en los centros de recompensa del cerebro provocando la sensación de placer que produce el alcohol.
Esto revela, que independientemente de cuánto beba una persona, el consumo de alcohol produce la liberación de endorfinas en esas dos regiones cerebrales.
Observaron que cuantas más endorfinas se liberaban en el núcleo accumbens(grado de neuronas del encéfalo), mayor era el sentimiento de placer del individuo, tanto bebedor como no bebedor.
Sin embargo, cuantas más endorfinas se liberaban en la corteza orbitofrontal, mayor era el sentimiento de intoxicación que experimentaban los bebedores excesivos.
Según los científicos, esto muestra cómo las endorfinas contribuyen a largo plazo al abuso del alcohol y cómo la liberación de grandes cantidades de endorfinas provoca que la bebida alcohólica sea más placentera.
Lo cual a su vez contribuye a querer beber más.
La ruta metabólica que sigue el alcohol cuando se consume no tiene nada que ver con el proceso digestivo normal. Éste pasa por el estómago al duodeno, donde se absorbe; posteriormente al torrente sanguíneo, lo que produce irritación y estimula la secreción de jugos gástricos así como procesos inflamatorios de esófago y estómago, gastritis y úlceras.
En unos pocos minutos llega el alcohol al cerebro, donde actúa y donde se aprecian los mayores efectos.
El consumo excesivo de alcohol (grandes cantidades) en un corto período de tiempo puede producir la muerte.
El alcohol es un tóxico que, circulando por la sangre, alcanza todos los órganos y sistemas del organismo, por lo que se pueden producir importantes y múltiples problemas relacionados con su consumo: afecta a la respiración intracelular, la producción de neurotransmisores y el metabolismo.
En el bebedor habitual aparece el síndrome de abstinencia tras una privación de bebida de uno a cinco días. En este síndrome de abstinencia se dan síntomas orgánicos, neurovegetativos y psíquicos.
Los motivos de consumo de alcohol son variados en función de la finalidad de los consumos, pero la mayoría de personas que consumen bebidas alcohólicas plantean hacerlo por:
• Sentirse aceptados por un grupo.
• Buscando efectos de bienestar.
• Para divertirse.
• Como facilitador de las relaciones sociales, para vencer la timidez.
• Como ruta de escape a los problemas, etc.
También es importante destacar que el hígado humano no es capaz de metabolizar más de 9 grs. de alcohol por hora, por lo que, las ingestas de grandes cantidades en periodos cortos de tiempo aumentan el riesgo de sufrir intoxicación aguda con graves consecuencias para la salud, inclusive coma y fallecimiento.
Clínica de Salud Mental Libera tus Emociones
Licda. Albertína López
Psicóloga Clínica

No hay comentarios.:
Publicar un comentario