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jueves, 17 de noviembre de 2016

Un síndrome llamado AMOR

Si los poetas románticos levantaran la cabeza descubrirían asombrados que esa pulsión, ese "fuego helado" en el que se consumían por sus amadas estaba provocado por algo tan físico como la dinámica química que arrastran las endorfinas, un tipo de hormonas.Desde el punto de vista bioquímico, el enamoramiento comienza en la corteza cerebral. Posteriormente pasa al sistema endocrino y se transforma en una respuesta fisiológica y en cambios químicos originados por la segregación de dopamina en el hipotálamo.Todo comienza con una atracción física seguida por una atracción personal. El enamoramiento se dispara cuando existe el conocimiento o sospecha de que hay o puede haber reciprocidadEl enamoramiento puede ser de dos tipos:
  • Externo: donde te enamoras de lo que tus ojos ven.
  • Interno: te enamoras de como es el individuo (sus sentimientos)

Las fases del amor: Nos enamoramos paso a paso, en tres fases distintas: Primera fase: reconocemos en la pareja actitudes, virtudes y otros elementos clave que responden a la frase "me parece atractivo". Segunda fase: "es el momento de las fantasías desbocadas, en el que atribuimos cualidades extraordinarias a nuestra pareja debido al bienestar endorfínico que nos produce su cercanía". Tercera y cuarta fase: En las dos últimas etapas hay más trato y actividades en común, y se crea un vínculo emocional y sexual, con una segregación importante de la feniletilamina, que también aparece en el chocolate, de ahí que no sea casual que se considere a este dulce como a un sustitutivo del sexo.
El amor es una droga: Quienes comparan el amor con una droga no carecen de razón, es precisamente cuando deja de segregarse esta sustancia cuando surgen los problemas, y es que las endorfinas, junto con las apomorfinas, son las hormonas que inducen a la adicción.Las relaciones no tienen por qué terminar una vez que acabe el amor romántico, a pesar de que esta sensación sea "sumamente adictiva". El cerebro es tan sensible, que todo lo que hacemos, sentimos o pensamos deja una huella en él. Por ello, sí existe el amor a primera vista. "Así como nos gusta instantáneamente un nuevo sabor de helado, también nos puede deslumbrar una persona, y ello hará funcionar nuestra cabeza".Pero lo que más  impresiona no es la emoción del inicio del romance, sino lo que pasa después.No sólo se siente apego-, sino que científicamente se puede ver que nuestros cerebros tienen la misma actividad de los que aseguran haberse enamorado perdidamente hace poco"..En resumen, queremos ser felices y tener el máximo de neuroquímicos de la felicidad. Esperamos eso del amor y de otros aspectos de la vida. Pero no importa cuántos neuroquímicos consigamos, a la larga, el cerebro se habitúa al enamoramiento como cuando existe tolerancia a la droga. Saber por qué sucede esto, puede ayudarle a manejar su comportamiento a pesar de las señales neuroquímicas confusas.
Licda. Albertína López
Psicóloga Clínica

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